Un lugar que capta a la perfección la esencia de José Ignacio y en el que, desde el inicio, se siente una energía especial: calma, paz y comodidad. Abre de noviembre hasta Semana Santa y promete convertirse en el nuevo spot de la costa uruguaya, cerca de todo y lejos del bullicio de la zona, ya que se encuentra a unos diez kilómetros tierra adentro en una zona de lagunas y paisajes casi vírgenes.

“La mayoría viene a relajarse. Son cuatro carpas en el medio de la nada. Hay que manejar 2 kilómetros campo adentro para llegar, y como no hay nada alrededor creo que lo que más se disfruta es la desconexión”, señala el chef argentino Gonzalo Sauma, creador de este emprendimiento, quien trajo las carpas de Australia y materiales de decoración desde Marruecos.

Un lugar que capta a la perfección la esencia de José Ignacio y en el que, desde el inicio, se siente una energía especial: calma, paz y comodidad

Todos los huéspedes del glamping pueden acceder al vestuario del Hotel Anastasio y disfrutar de los servicios de playa en «El Chiringo», parador en la Playa Brava de José Ignacio en la bajada del hotel. Y, por qué no, relajarse en el exclusivo spa y deleitarse con las propuestas gastronómicas de Folk Restó, donde se ofrecen platos riquísimos, música en vivo, atardeceres mágicos, exquisitos tragos y -sobre todo- risas alrededor del fuego.

Cada carpa cuenta con camas queen size, baño privado (no en suite), terraza propia, electricidad, Wifi y caja de seguridad. Durante la estadía, además, los huéspedes pueden participar de cabalgatas guiadas grupales y privadas por la chacra y Estancia Anastasio, clases de Yoga, Stand Up Paddle o paseos en kayaks.