Durante la pandemia, las personas expresaron el deseo y la necesidad de reconectarse con la naturaleza. La gente buscaba tranquilidad y autenticidad, nuevas experiencias. Buscaban simplemente magia.
Esta es la filosofía que los animó a imaginar un lugar auténtico por naturaleza, respetando los deseos profundos de las personas. Por eso, la misión de Eco Glamping Brasil es ofrecer lugares donde la gente urbana pueda “reconectarse con la naturaleza”.
De esta forma, los glampings se construyen en zonas un poco más alejadas de las grandes ciudades, centrándose en regiones con mucha vegetación natural. Además de este alojamiento, también brindan algunas actividades, como meditación, cabalgatas, picnics, entre otras.
Para ofrecer esta experiencia, todavía relativamente escasa en Brasil, el ingeniero francés Frédéric Pierre André Larre construyó un domo geodésico para recibir huéspedes en Santa Branca, ciudad en la frontera entre Guararema y Jacareí, a 25 km de São José dos Campos.
La propuesta es ofrecer alojamiento en un domo geodésico rústico, que permite a los visitantes tener un contacto directo con el medio ambiente, pero sin renunciar a la comodidad y estructura de un hotel. La cúpula geodésica de Eco Glamping Brasil está hecha 100% con madera naval, con un espacio de 38 m², acomodando cómodamente hasta tres personas.
La cúpula geodésica de Eco Glamping Brasil está hecha 100% con madera naval, con un gran espacio que puede albergar cómodamente hasta tres personas.
Por otra parte, la ciudad es atravesada por el río Paraíba do Sul y también alberga la presa de Santa Branca. Por eso, muchos visitantes eligen la ciudad para disfrutar de la naturaleza y practicar deportes y actividades, como el boycross (descenso del río Paraíba do Sul sobre una boya), natación, pesca y caminatas a orillas del río.
Uno de los eventos más destacados en esta categoría es Ecoboia, que se realiza todos los años y en el que personas de todas las edades se dan cita por el río Paraíba con sus creativas boyas y balsas.
Se trata de una ciudad que aún conserva parte de su arquitectura, especialmente en el centro de la ciudad y en las haciendas más antiguas. Su clima es uno de los atractivos principales de la población fluctuante proveniente de los centros urbanos, que los fines de semana y feriados largos buscan la tranquilidad y el aire campestre de Santa Branca.
Además, el turismo rural se perfila como una gran oportunidad para el desarrollo de la ciudad, que actualmente cuenta con hoteles, haciendas, posadas, restaurantes con comida típica del interior, haciendas en renta y eventos, producción de cachaza artesanal, licores, vinos, dulces caseros, etc.