En la Ruta de las Emociones, una bahía desierta entre Jericoacoara y Barra dos Remédios y en medio de las dunas, construyeron un «refugio» para los amantes de las aventuras en la naturaleza, que no pueden prescindir del encanto y la comodidad en la sencillez. Poseen siete bungalows sobre pilotes de madera y paja para un total de veinte huéspedes.
Baía das Caraúbas está ubicada en un marco de playas, dunas y lagunas, entre Jericoacoara y Barra dos Remédios, que fueron votadas como dos de las playas más bellas de Brasil. Aquí, entre agosto y noviembre, los vientos soplan perfectos para la práctica de los deportes de vela. Pocos lugares en el planeta tienen mejores condiciones para la práctica del kitesurf y el windsurf. Para los que prefieren las aventuras en tierra, tienen kilómetros y kilómetros de senderos en la arena, entre dunas y lagos, para descubrir a pie, en bicicleta o en buggy.
El desayuno del Glamping es muy variado, pensando en los huéspedes que salen a practicar deportes acuáticos o pasear durante todo el día. Su gastronomía se compone de pescados y mariscos frescos capturados en la región, pescados y carnes a la parrilla al carbón y una buena variedad de comida hecha en casa.
Baía das Caraúbas,, la bahía donde está ubicada y la naturaleza que la rodea, por su belleza sencilla y natural, apela a la espiritualidad y conmueve nuestras emociones; en este sentido, son una experiencia en sí mismos. Aprovechando estos atributos y la vocación del lugar, tratan de crear experiencias que sumen romanticismo y aventura: cenas a la luz de la luna y cerca del mar, caminatas por los senderos y puesta de sol en las dunas, masajes, etc.
Afuera, la naturaleza más rústica. En el interior, comodidad y elegancia, pero en armonía con el exterior.
Además, el lugar es maravilloso para largas caminatas en la playa, trotar en la arena, nadar en el mar o en las lagunas circundantes. También es excepcional para la práctica de distintos deportes, ya que cuentan con alquiler de equipos para los más avanzados y clases para los que quieren aprender. Si te gusta aventurarte en buggy por senderos offroad y en la arena de la playa, este también es el lugar indicado.
Pensando en los huéspedes y en su privacidad, los siete bungalows se encuentran bien distribuidos a lo largo de la propiedad, estando lo suficientemente alejados entre sí, pero cerca del agua.
Son construcciones sólidas, no recurren al estilo rústico a pesar de que fueron construidas sobre pilotes de madera y techos de paja. Sin embargo, una vez dentro, el huésped encuentra todo muy refinado. Cubrecamas y cortinas confeccionadas con telas italianas, amenidades importadas y atención al detalle. Allí el lujo es poder disfrutar de la naturaleza salvaje con encanto y comodidad.
Como no podía ser de otra manera, los siete bungalows ofrecen vistas al mar. Sin embargo, tienen perfiles diferentes. Desde parejas hasta familias con niños o amigos que viajan juntos, existe un alojamiento ideal para cada tipo de viajero. Las principales variantes son las camas (king size o individuales) y los tamaños, que varían de 30 a 120 m2. Algunas tienen un patio privado, mientras que una de ellas fue construida en dos niveles, con una altura de techo de 6 metros. En común, todas tienen ventilador, minibar y secador de pelo y algunas tienen aire acondicionado.