El espíritu de montaña se vive a pleno en Refugio Neumeyer, Valle del Challhuaco. A 20 km del centro barilochense, este rincón increíble de bosque de lengas es un paseo con un abanico de caminatas para elegir. En lengua mapuche, challhuaco significa «agua de buena pesca».
El refugio original fue construido por Manolo Puente Blanco en 1971 y lleva el nombre de un pionero de Bariloche. Laguna Verde, lengas y matas de amanca, Valle del Challhuaco está custodiado por los cerros Ñireco, Carbón, Ventana y Challhuaco y es un destino propio de montaña, con un refugio para vivir la experiencia. Tiene el valor agregado de que se puede llegar en auto, aunque lo ideal es en 4×4, o contratando una excursión.
En los alrededores del refugio Neumeyer hay varios senderos demarcados y bien cuidados para disfrutar de distintas caminatas. En verano se puede practicar mountain bike, escalada, rapel, senderismo. En invierno el valle nevado se vive con esquí de fondo, trineos, culipatín y raquetas de nieve. Estas últimas son las elegidas para llegar a una laguna congelada, como postal de cuentos.
El refugio propiamente se destruyó con un incendio y el sitio fue reacondicionado con domos. Son espacios preparados para recibir a los visitantes, calefaccionados y ambientados con todas las comodidades. También tienen ofertas gastronómicas con platos regionales.
Es la Laguna Verde a 1550 msnm, donde habita la ranita del Challhuaco, especie microendémica del Parque Nacional Nahuel Huapi. Las sendas turísticas están planeadas en favor del cuidado de esta especie. Un tramo más y se llega al Mirador del Pedregoso, con una vista panorámica de la ciudad y del lago Nahuel Huapi. Además, hay otros senderos para elegir. Lo recomendable es llegar bien temprano, hacer una caminata a la mañana, almorzar en el refugio y aprovechar la tarde para hacer otra.
Por otra parte, la interpretación botánica tiene su máximo esplendor en enero y febrero, meses en que la flor del amancay cubre el valle con su color vivo. La belleza de las matas amarillas se vuelve poderosa y la leyenda se deja escuchar. Otros habitantes del bosque son los zorros, las liebres y los ciervos. El andar por las distintas vegetaciones como el bosque alto andino del cerro Challhuaco o la estepa del Valle de los Perdidos dará lugar a la observación de aves, y no faltará el avistaje del pájaro carpintero, o al menos el retumbar de su pico en los troncos del silencioso bosque.
En el refugio Neumeyer se pueden hacer caminatas activas o caminatas de interpretación en cualquier época de año, con diferentes grados de dificultad, no obstante todas pueden realizarse.