Yamay Ecoturismo, Pardo, Buenos Aires

Yamay nace de la búsqueda de encarar una tarea social y ambientalmente responsable, es por eso que encontraron en este modelo turístico una excusa para poder canalizar esa necesidad.

​Hoy, además de la familia que fundó el proyecto,  se sumó Pardo Autentico y el Colectivo Sustentable.  Juntos buscaron compartir las experiencias que los conquistaron al llegar a Pardo. Su principal idea es que Yamay sea un sitio de encuentros y reencuentros, de sentimientos profundos y de contemplación, de solidaridad y de contacto con la Naturaleza y con los que la compartimos.

A su vez, Yamay se distingue como un sitio donde el turista se encuentre entre la comodidad que ofrecen los centros turísticos modernos y el ritmo pausado de las poblaciones rurales. Un lugar donde los vecinos del pueblo pueden sumar valor a la oferta turística ofreciendo sus productos artesanales y sus servicios personalizados, como así también un espacio donde los visitantes ayuden a cuidar la naturaleza, en donde los expertos invitados compartan sus conocimientos sobre todas aquellas técnicas que ayuden a cuidar nuestro hábitat.

Ingresar a Yamay obliga a separarse de gran parte de los avances tecnológicos, dejar de lado la electricidad, la luz, la televisión y hasta la radio. Sin embargo, se ofrece algo que hemos olvidado por habernos entregado a todo aquello: a sentir nuestros latidos, a dejarnos llevar por el silencio y a reconocer el lenguaje de la naturaleza. “Proponemos tranquilidad y esperar el amanecer lunar”, nos cuenta Juan Manuel Damperat, uno de los impulsores del proyecto.

Se ofrece algo que hemos olvidado por habernos entregado a todo aquello: a sentir nuestros latidos, a dejarnos llevar por el silencio y a reconocer el lenguaje de la naturaleza.

La idea del emprendimiento surgió de Marcelo Giuggioloni, quien apostó por echar por la borda la vida en la ciudad y crear este espacio alternativo de reconocimiento de nuestra esencia humana en relación con la tierra. Las casas hechas de barro ayudan a transmitir ese sentir natural que no es posible en la construcción de cemento, el fresco de la tarde, la tibieza del sol de la mañana, se sienten: al rato de estar en Yamay el cuerpo comienza a entrar a un ritmo lento. Se busca la contemplación y es involuntario el movimiento de los ojos observando el vuelo de las aves que, con su canto, animan los días. “Al no haber aparatos eléctricos, no llegan ninguno de los ruidos de la ciudad. La desconexión es real, y muy positiva”, detalla Juan Manuel.

Las actividades ofrecidas en el lugar buscan combinar la diversión y el descanso con la interacción con el entorno.  El objetivo es compartir experiencias y promover el intercambio de saberes. Las labores cotidianas del lugar propiciarán una oportunidad para el desarrollo de actividades educativas. Yamay es un lugar para estar bien que tiene como finalidad lograr un equilibrio de triple impacto: socio-cultural, ambiental, educativo y económico.

​Por otra parte, su propuesta turística está basada en el compromiso con el entorno social y la armonía con la Naturaleza. A través de este modelo buscan realzar los elementos naturales locales integrándolos con sistemas sustentables a través de un diseño de Permacultura. El objetivo es que cada visitante pueda sentirse bienvenido por la naturaleza y descubrir sus encantos, pudiendo a la vez convertir su visita en una inolvidable experiencia educativa sobre la vida sustentable.

​A su vez, los espacios de alojamiento han sido construidos con materiales y técnicas de construcción natural (tierra, paja, arcilla, piedra, madera, caña, arena, etc.), con formas naturales (imitando patrones que se observan en la naturaleza donde predominan las formas curvas) brindando un lugar saludable y acogedor al turista y sustentable al medio ambiente.