San Javier es un pueblo mágico; para nosotros uno de los más pintorescos de Córdoba. La localidad se encuentra al pie del mítico cerro Champaquí y se recuesta sobre el faldeo de las Sierras Grandes. Ideal para quienes disfrutan de las actividades de aventura y de un turismo más responsable.
Después de acomodarnos y descansar un poco en Traslasierra Glamping comenzamos visitando la tranquila plaza central frente a la iglesia de San Javier. Alrededor se mezclan comercios de hermosas artesanías locales, buena gastronomía, y hasta un bar de siempre con fonola afuera y paisanos observando el paso de los forasteros..
Hay una oferta gastronómica de alta calidad, el pueblo forma parte del Camino del Vino, y allí se localizan tres de las bodegas boutiques más conocidas de la Provincia. Siempre que podemos, pasamos por una de ellas, la Bodega San Javier, que tiene para nosotros el mejor vino de Córdoba, recomendamos el Noble de San Javier reserva. Además ofrece visitas guiadas y degustaciones durante todo el año.
Tanto San Javier como su vecina Yacanto fueron elegidas por las comunidades inglesas como lugar de veraneo durante la construcción del ferrocarril. A ellas les debe parte del estilo que la caracteriza y que sobrevive de aquella época dorada. Uno de los ejemplos es el clásico Hotel Yacanto, un antiguo molino harinero convertido por los británicos en establecimiento turístico. Allí pasamos a visitar a nuestro amigo y propietario Julio para tomar un aperitivo y disfrutar del parque del hotel que tiene la cancha de golf más emblemática de la región.
“Ideal para quienes disfrutan de las actividades de aventura y del ecoturismo, sus senderos invitan a la contemplación y al gozo”.
Luego nos fuimos a recorrer el camino de la costa entre casonas del siglo XIX que se distinguen entre el imponente paisaje de montaña, conservadas por sus habitantes; muchos de ellos artistas.; una ruta interna con unos cuantos pueblos tradicionales a la vera, incluye iglesias; almacenes y pulperías donde disfrutar sabores tradicionales; balnearios; ateliers y ferias de artesanías.
De regreso y antes de que se ponga el sol recomendamos llegar al mirador, bar veggie que queda a 4 km desde la plaza de San Javier, subiendo por el camino de asfalto que va hasta el balneario, con tiempo para poder disfrutar de la increíble vista que nos brinda el valle, y descubrir la iglesia y otros iconos de San Javier desde lo alto. Tomamos unos ricos jugos de frutas y unas papas con kétchup casero. Y cerramos con la despedida del sol.
El lugar satisface a quienes hacen base allí para iniciar el ascenso al cerro más alto de Córdoba pero también a aquellos que buscan disfrutar de los placeres más sencillos: leer un libro frente a hermosos escenarios, sentarse a la vera del arroyo, descansar, encontrar paz y sosiego.




