Pinamar, la villa veraniega de la Costa Atlántica ubicada a 400 kilómetros de la capital porteña, cautiva al turismo más exigente y dispar con sus encantos naturales, sus propuestas culturales y sus múltiples ofertas de actividades deportivas. La ciudad enamora con su elegancia y modernidad pero también por su perfecta combinación de dunas, bosques y mar.
En el siglo XIX estas tierras formaron parte de una estancia que correspondía a la familia Guerrero Cárdenas. Por suerte, uno de sus integrantes decidió abrir allí un balneario, facilitando el acceso a las playas. Años más tarde el arquitecto Jorge Bunge ideó un proyecto con conceptos urbanísticos avanzados para la época, creando un lugar de disfrute para familias y grupos de amigos.
Dentro de las propuestas estrella se destacan las salidas en cuatriciclo, los paseos en bicicleta, las travesías 4X4, las cabalgatas y caminatas a orillas del mar y los deportes acuáticos. Las opciones de esparcimiento también son variadas: bares, restaurantes, cines, discotecas, ateliers de artistas, locales comerciales, teatros, festivales y casinos forman parte de la agitada movida nocturna.
“El majestuoso paraje invita a renovar las fotos del álbum con algunos de los escenarios más bellos del país”.
Y como en Pinamar no todo es churro y sol, dentro de la oferta cultural se destaca el Ecomuseo, que nació a partir del descubrimiento de Nicolás Sarrafiore, un curioso niño de 7 años que encontró en la playa un molar de entre 2.000 y 10.000 años de antigüedad. El hallazgo culminó con la apertura de este espacio que alberga fósiles y huesos de animales marinos, además de contar con una escuelita de mar.
El majestuoso paraje invita a renovar las fotos del álbum con algunos de los escenarios más bellos del país. Y se reinventa para no dejar de sorprender a los habitués y a aquellos que tienen el honor de visitarla por primera vez y de enamorarse de ella. Cada temporada, la agenda renueva su grilla y su cartelera. ¡PROHIBIDO ABURRIRSE!
